Tarde de puertas cerradas
Son las seis menos cuarto de la tarde. Es la hora. Me pongo lo primero que encuentro en el armario, cojo las llaves de casa y saldo raudo y veloz hacia el coche, con el objetivo de arribar cuanto antes al Rico Pérez y ver, por fin, las maquetas y los bocetos de las propuestas de remodelación del estadio.
Cuánto tráfico. Por el camino voy pensando en las fotos que había visto por Internet. No me decanto. El futurista de Fenwick me gusta. El serio de Lamela también tiene su punto. El de Subarquitectura lo tengo en el aire. Esperaré al llegar, no es lo mismo verlo en Internet que verlo en persona.
Consigo aparcar. Me dirijo apresuradamente a la puerta 0. Ya llego, sólo un minuto más. Se hacen interminables las escaleras que llevan a la sala de prensa. Por fin, veo al fondo la puerta... ¡¿cerrada?! Ante mi asombro escucho "está cerrado ya porque los moros tienen que preparar la sala de prensa para el domingo".
Con cara de idiota y con un alto nivel de indignación me vuelvo para casa, no sin antes preguntarme qué demonios tendrán que preparar en la sala de prensa y por qué la directiva del Hércules les permite cerrar la sala un viernes por la tarde, día en el que se supone que habrá más afluencia para ver los proyectos.
Qué ganas tengo de que se vayan de una puñetera vez. Y hasta que no lo hagan, no pararé de gritar aquello de...
Video: Punt 2
