lunes, 7 de enero de 2008

¿Aliento o ladrido?

Desquiciar, exasperar, irritar, enfurecer, enojar, enfadar, desencajar, trastornar... y otros verbos son los que podrían definir la situación actual del Hércules y su entorno.

Creo que todos, absolutamente todos, nos sentimos desquiciados (y resto de participios) con lo que está pasando. Lo de hoy es un capítulo más de esta temporada, que no sé si comenzar a definirla ya como desilusionante. Seis partidos ganados de 19 son números de risa para pensar en el ascenso. Y si de esas 6 sólo 3 han sido en casa... es lógico que más de uno se exaspere.

A día de hoy nos encontramos con una plantilla que no es equipo, y que en ocasiones parece no saber a qué juega. No sale nada bien y cada error que se comete acaba en gol del rival.

El entrenador sigue perdiendo crédito y cada partido se escucha antes el Goiko vete ya, triste cántico que está haciendo famosa a la afición herculana (no recuerdo el último entrenador que no lo escuchó). Ya da igual que tome una decisión u otra (De los Santos, Tote, dos delanteros...). Está llegando al punto de tener la culpa de todo mientras no se demuestre lo contrario.

El presidente hoy le echa la culpa a los jugadores porque ve falta de actitud, pero al final acabará destituyendo al entrenador.

La prensa... ¡coño!, hablando de prensa, ¡que todavía no he sacado la basura!.

Y la afición seguimos siendo insuficientes y mudos, y parece que sólo abrimos la boca para criticar, silbar, insultar al Elche, a Canal 9 y a alguno más. Poco efecto tiene exigir cuando no somos capaces de exigirnos un mínimo a nosotros mismos.

A estas alturas de campeonato saco la conclusión de que los jugadores son tan culpables de lo que está pasando como la afición, el entrenador, el director deportivo, el consejo de administración y el resto de personas (incluidos los personajes) que se consideren dentro del entorno del Hércules.

Y el domingo viene el Elche... ¡Buff! Se hace más necesaria que nunca una victoria en el derbi. Para ello, es necesario que afición, consejo, equipo y cuerpo técnico se unan más que nunca ante el partido a cara de perros que se disputará en el Rico Pérez (Herculano).

La cuestión es sencilla. Con 19 partidos ya sabemos lo que hay, y poco margen de rectificación hay. Tenemos dos opciones, o remar y alentarnos todos juntos e intentarlo con lo que tenemos, o comenzar a ladrarnos los unos a los otros y que gane el que más fuerte lo haga. Me temo que los próximos 90 minutos me dirán si escogemos una opción u otra. La pena es que con la segunda opción es prácticamente imposible ascender.

Dayán, ¿tú qué eliges? ¿Aliento o ladrido?


Imagen: El blog del niño gilipollas que quería volar